Recuerdos en la nieve (IV): Algo caliente.
La comida sería mediocre, pero el apetito de los guripas insaciable, venían de ¨La España del hambre¨. «¡Aprovechaos! Sabe Dios lo que tendréis a la vuelta»
La comida sería mediocre, pero el apetito de los guripas insaciable, venían de ¨La España del hambre¨. «¡Aprovechaos! Sabe Dios lo que tendréis a la vuelta»
El sargento Vázquez se colgó su MP40 al hombro, salió de la trinchera y dio una chupada al puro. Trujillo expiró, con gran alivio, pero en apenas unos segundos un fuerte pitido comenzó a sonar.
«¿De verdad quieres quedarte ahí?» Oyó a lo lejos. Apretó los ojos y aclaró la vista. Era Miguel. Tenía una brecha en la frente y la sangre le cubría casi toda la cara. Cesó el pitido, volvía a oír con claridad. Disparos, gritos y explosiones fueron los primeros sonidos que escuchó.