David López Cabia se ha convertido en un habitual de las presentaciones de sus nuevos ejemplares en Libros y Lanzas, y para mi, personalmente, es un gusto tenerlo en esta página. Aparte de gran persona, David puede presumir de tener un don para plasmar los distintos escenarios de la Segunda Guerra Mundial en el formato literario. Escribir una novela histórica no es fácil, y menos aún cuando el público no escatima en buscar los gazapos y las erratas anacrónicas que escapan del fiel reflejo de la realidad, pero David López Cabia supera todas las expectativas. Hoy nos trae su nuevo libro: «Atrapados en Arnhem».
Esta novela es un tributo a la gesta de los paracaidistas británicos en Arnhem
P: Nos vamos viendo más de lo acostumbrado, eso es signo de que te va bien.
R: Desde luego, las ideas y los proyectos van saliendo adelante. Cada vez con más ilusión si cabe.
P: Y esta vez vienes con «Atrapados en Arnhem», tu nuevo libro.
R: Sí, se trata de una obra a la que le tenía mucho cariño. El ritmo de la novela es frenético y las emociones que transmiten los personajes muy intensas. Sin duda, el lector se encontrará una lucha sin tregua en la Holanda de septiembre de 1944.
P: Cuéntanos un poco más sobre la obra, en qué bando se desarrolla, sus personajes, algo de la trama…
R: Nuestro protagonista principal será el cabo Beckett, un tirador implacable, pero también heroico. A su lado estará Gisela, una joven holandesa con la que luchará por escapar del desastre. Ahora bien, en el bando alemán aguarda el capitán Baum, de las Waffen-SS, un villano sin escrúpulos dispuesto a todo. En otros puntos clave de la batalla se encontrarán los sargentos Brennan y Davis, que lucharán por abrirse camino hasta Arnhem y poder llegar hasta su buen amigo Beckett.
P: Vuelves a apostar por el ejército británico.
R: En este caso, aunque la batalla está desarrollada mayormente por fuerzas británicas, incluyo también personajes estadounidenses, alemanes y holandeses. Reconozco que últimamente me han atraído mucho las campañas británicas, sin quitar méritos a los combatientes de otros bandos, desde luego. Me impresionó mucho cómo los paracaidistas británicos resistieron lo indecible en Arnhem y quería dedicarles mi novela como pequeño tributo a la legendaria gesta que protagonizaron.
P: Como ya te he dicho en más de una ocasión, la Segunda Guerra Mundial es otra de mis pasiones, pero aún me queda mucho por saber de ella. Gracias a tus novelas voy conociendo más minuciosamente capítulos concretos de un conflicto tan complejo y diverso como éste. No sé si es tu intención cuando las escribes.
R: A mi modo de ver, la novela histórica de la Segunda Guerra Mundial debe resultar atractiva y dinámica para el lector, pero también debe recrear correctamente los acontecimientos históricos. Hay muchos detalles que cuidar: escenarios, moral de combate, personajes históricos, localizaciones, unidades implicadas… En resumen, se trata de hacer un buen trabajo de investigación y combinarlo con una trama ágil para acercar al lector al conflicto de una manera agradable.
Hay películas bélicas que cuesta trabajo verlas. Por todos lados encuentras gazapos históricos, material que no corresponde a la época…
P: ¿De dónde sacas la inspiración? Vas casi a dos libros por año.
R: Siempre tengo ideas rondando por la cabeza. Encuentras una batalla que te atrae poderosamente en un momento determinado y visualizas una historia humana. Después, empiezas a pensar cómo ensamblarás las distintas escenas y cómo harás que la trama encaje con los acontecimientos históricos. Disfruto mucho plasmando esas escenas que se recrean en mi mente.
P: Esto nunca te lo he preguntado, pero tengo la curiosidad. ¿Cuándo empezaste a escribir? Un día determinado, ya maduro tú, piensas: «Pues voy a ser novelista de la Segunda Guerra Mundial». O la cosa viene cociéndose desde que eras pequeño
R: La verdad es que desde la adolescencia me gustaba leer historias, pero también narrarlas. Empecé con pequeños relatos y ya en el verano de 2013, decidí embarcarme en un proyecto más ambicioso. Estamos hablando de mi primera novela La última isla. Para mi fue un salto cualitativo muy importante. A partir de ese momento, quise continuar con una labor que, aunque exija trabajo, resulta muy gratificante. No hay mejor recompensa que el reconocimiento de los lectores.
P: ¿Y tienes noticia de ese reconocimiento? Es decir, ¿sabes si tiene buena acogida tu trabajo entre los aficionados a la II.G.M? Por mi parte, te pudo decir que los que yo conozco te profesan cierta admiración.
R: Por fortuna, la gente te transmite sus opiniones y te animan a que sigas con lo que más te gusta. Siempre me están preguntando cuando sacará el próximo libro o qué temáticas abordaré en mis nuevos proyectos. Es muy importante tener contacto directo con los lectores.
P: Supongo que esa cercanía se fortalece con las conferencias y presentaciones de libros. Ahora la cosa no está como para llevar el ritmo de hace un año, pero, ¿tienes algo en marcha?
R: Son muchos los lectores que contactan conmigo a través de mi página web. Por otra parte, también he encontrado un público fantástico a través del podcast gracias a canales como Bellumartis y Niebla de Guerra. Por fortuna, hay un amplísimo sector del público con ganas de seguir profundizando en la historia bélica y más aún a través de la novela, que hace más llevadero y entretenido ese proceso de aprendizaje.
Me emocioné escribiendo, llevando a situaciones límite a los protagonistas, compartiendo sus sentimientos, luchando codo con codo con el cabo Beckett.
P: ¿No te han propuesto aún llevar alguna de tus obras a la pantalla?
R: Mucha gente me lo dice, que, perfectamente, podría hacerse un guion de cine de muchas de mis novelas. Tal vez es por mi estilo, por el modo en que ordeno las situaciones y por la velocidad con la que transcurren los acontecimientos. No tiene nada de malo tener un estilo que pueda calificarse como cinematográfico. Todo lo contrario, significa que la narrativa es ágil y que el público encuentra la historia entretenida. En otras palabras, que la historia engancha.
P: Conozco pocos novelistas que no hayan encontrado inspiración en el cine para sus obras. En tu caso, ¿algún director o película te han influido en especial?
R: Por supuesto que me encanta el cine, pero también soy muy crítico con ciertas películas bélicas. Encuentras gazapos históricos, como material militar que no corresponde a la época y tienes que hacer verdaderos actos de fe para poder continuar viendo el largometraje. En cualquier caso, también encontramos magníficos largometrajes que recrean de manera excepcional lo ocurrido en la Segunda Guerra Mundial. Así, Clint Eastwood estuvo sensacional dirigiendo «Banderas de nuestros padres» y «Cartas desde Iwo Jima». También Steven Spielberg hizo un gran trabajo en «Salvar al soldado Ryan», al igual que Mel Gibson cuando estuvo al frente de «Hasta el último hombre».
P: ¿Y «Hermanos de Sangre» y «The Pacific»? ¿Algo te han calado?
R: «Hermanos de sangre» se ha convertido en el gran referente de las series bélicas. Han hecho una fabulosa campaña de marketing a la 101ª División Aerotransportada. En cualquier caso, es una serie magnífica y que sabe cómo inflamar los corazones de los espectadores recreando momentos épicos de la guerra en Europa. Por el contrario, «The Pacific» profundiza muy bien en el individuo y en cómo afectó la brutal campaña del Pacífico a la psicología de los marines.
P: ¿Quién sabe si «Atrapados en Arnhem» seguirá esa estela y marcará un antes y un después en la novela bélica? Estoy seguro de que, en tu caso, más pronto que tarde algo así sucederá, has marcado muy bien tu territorio y tu estilo es muy particular
R: Me haría una gran ilusión que «Atrapados en Arnhem» supusiese un punto de inflexión. Es difícil, pero creo firmemente en este proyecto. Puse mucho empeño y mucho cariño en esta novela. Me emocioné escribiendo, llevando a situaciones límite a los protagonistas, compartiendo sus sentimientos, luchando codo con codo con el cabo Beckett mientras busca un resquicio de esperanza en un asedio que se torna imposible.
Esta novela trata de transmitir unos valores que no van en consonancia con los tiempos que corren: empatía, espíritu de equipo, bien común…
P: ¿La pandemia ayudó a buscar ese resquicio de esperanza?
R: La pandemia, como la Segunda Guerra Mundial, ha supuesto situaciones muy traumáticas para la humanidad. Hay quienes han sacado lo mejor de sí y quienes han mostrado su versión más repugnante. No obstante, pienso que esta novela transmite también unos valores. Me refiero a unas ideas, a una filosofía que no vendría nada mal en estos convulsos tiempos. El espíritu de equipo, la empatía, el bien común y la solidaridad podrían ayudarnos a hacer mejor las cosas, a sobrellevar mejor esta maldita pandemia. Al menos, esos son los valores que intento transmitir a través de mis personajes.
P: A ti, como buen soldado, te ha dado de lleno. Pero te has recompuesto en tu hospital de campaña particular y, conociéndote, seguro que estás de nuevo en el frente preparando una nueva entrega.
R: La verdad que, por mi profesión como docente, estaba muy expuesto al virus. He tenido la fortuna de superar el COVID-19 con síntomas leves. Ya durante los últimos días de mi cuarentena aproveché para escribir las primeras páginas de un nuevo proyecto. Es magnífico el poder reparador que, a nivel moral, ejercen la Historia y la Literatura.
P: Tu novela ayudará a mucha gente a sobrellevar mejor estos tiempos tan complicados y evadirse temporalmente de la realidad. Un analgésico, que diría Pérez Reverte. ¿Dónde podemos adquirir tu «Atrapados en Arnhem»?
R: Es posible adqurir ejemplares en librerías, en Amazon o si lo desean, pueden conseguir copias firmadas y dedicadas contactando conmigo en mi página web personal www.davidlopezcabia.es.David López Cabiadavidlopezcabia.es
P: Seguro que los Reyes Magos tienen a bien el detalle de repartir algunos de estos ejemplares por muchas de las casas de España.Enviaste 8 de diciembre a las 18:27Ha sido un placer David, como siempre. Un fuerte abrazo. Aquí tienes tu casa y tu escaparate.
R: Un fuerte abrazo, Manuel y aprovecho la ocasión para desearte salud y unas felices Navidades. Que 2021 sea un año marcado por las alegrías.
P: Igualmente, amigo.