Ésta ha sido tu vida, Juan Pablo: amar, luchar, sufrir… Y tu corazón, tonel sin fondo del deseo, preguntando siempre ¿y después…?, sin que ese difuso y sangrante horizonte, que tal vez sólo existía en tu cabeza, se acercase nunca. Mas no importa; hiciste escudo y bandera de tu propia desventura y, cuando el destino volvió a llamar a tu puerta, acudiste con la valentía de antaño, sin desmentir el noble tronco del que procedes.
No es casualidad que a estas alturas todo el que sea aficionado a la novela histórica de capa y espada española haya oído hablar de Héctor J. Castro. Con 5 novelas a sus espaldas y el éxito de su trilogía «El Siglo de Acero», el gallego se ha consagrado como uno de los jóvenes talentos de la literatura española. Su trabajo le cuesta. Desde que en 2016 publicase su primera obra, Héctor ha publicado ininterrumpidamente, mejorando su estilo y aumentando su acólito de lectores a los que ha mostrado las entrañas de los tercios y la cruda defensa de La Coruña en 1589.
Ahora es el turno de Juan Pablo de Carrión, el infatigable aventurero español que, en el ocaso de su vida, tras una vida en el mar, acompañar a Ruy López de Villalobos y auxiliar a Andrés de Urdaneta, recibió el encargo del gobernador de Manila de acabar con los corsarios japoneses que infestaban las aguas de Filipinas. Envejecido e incapaz de reconciliarse con el hombre en que se ha convertido, Carrión acepta la misión empeñado en salir de esta vida en un último resplandor de gloria; pero pronto comprenderá que el camino de la redención es difícil de emprender y exigirá enormes sacrificios.
Realmente, creo que «Sol de Sangre» es un cambio.
Héctor J. Castro, autor de «Sol de Sangre»
P: No paras. Otra, otra y otra novela…
R: Ya sabes, los que estamos empezando necesitamos sacar cada año y medio o dos años alguna novedad para estar en el candelero e ir haciéndonos un nombre. Supongo también que ahora mismo estoy en una época de mucha creatividad, pero no sé cuánto durará. Mientras dure, hay que aprovecharlo.
P: Creatividad que gusta al público, sino la editorial HRM no confiaría en ti. ¿Notas cómo cada vez vas ganando más lectores fieles?
R: Sí. Además veo que, normalmente, quienes leen algún libro mío terminan leyendo alguno más. Voy avanzando despacio, ganando lectores poco a poco, pero lo importante es seguir adelante y no estancarse. Yo también tengo la ventaja de que, si bien mis obras no están orientadas a un gran público, al estar dirigidas a un público concreto, como puede ser el que gusta de la temática de los tercios y la historia del Siglo de Oro, es más fácil hacerse una pequeña aunque fiel tropa de lectores.
P: ¿Sol de sangre es un punto de inflexión en tu carrera como escritor o tan sólo te has tomado la libertad de llevar tus personajes de capa y espada al continente asiático?
R: Realmente creo que Sol de Sangre es un cambio. No podría considerarse una novela de capa y espada, aunque sí tiene mucho de novela de aventuras. Pero tanto la perspectiva narrativa (está escrita en segunda persona, como si el lector fuese el propio protagonista) como el tratamiento del lenguaje, con el que tuve especial cuidado, pienso que la sitúan, al menos literariamente, por encima de todo lo que he escrito hasta ahora.
Juan Pablo de Carrión es un hombre al final de su vida, que fracasó en todos sus intentos de fama, y que ahora teme por la salvación de su alma.
Héctor J. Castro, autor de «Sol de Sangre»
P: Bueno, teniendo como protagonista a un personaje como Juan Pablo de Carrión, no es para menos. ¿Con qué nos vamos a encontrar en esta novela?
R: Al contrario que en mis novelas anteriores, en Sol de Sangre no hay un reparto coral. Juan Pablo de Carrión es el protagonista absoluto, y hacerlo en segunda persona me ayudó a desarrollar algo que me obsesionaba mucho, y que creo se suele pasar de puntillas en la mayoría de novelas actuales, y es la mentalidad de la época. En Juan Pablo de Carrión nos encontramos a un hombre al final de su vida, que fracasó en todos sus intentos por alcanzar la fama, y que ahora recapitula y teme por la salvación de su alma. La llegada de esta imprevista y última aventura que se le presenta, que es capturar o derrotar al pirata japonés Tay Fusa, le da la oportunidad de redimirse y recuperar la honra perdida por el camino.
P: ¿Qué enfoque das a tu Carrión?
R: En esta novela quise tratar en profundidad esas ideas que tanto preocupaban a los españoles de entonces: la honra y la fe. Juan Pablo de Carrión es un personaje cansado pero no acabado, que sirve para hablar de una edad, de una actitud hacia el mundo y de aquellos valores tan marcados que, para bien y para mal, los españoles llevaban hasta sus últimas consecuencias. Como autor, no sólo me interesaba la lucha en sí, sino explicar el por qué luchaban. «Honra y fe»… «El por qué luchaban». Siempre das mucha importancia a estos aspectos en tus novelas. Los valores, la piedra angular del grueso de la sociedad de aquella época.
P: Para ti es importante la cuestión moral.
R: Es que eran los ideales que movían aquella sociedad, y que hicieron que de pronto, de un país tan pequeño como España saliera tal cantidad de navegantes y aventureros. Hay quien dice que simplemente es debido a que pasaban mucha miseria y necesidad, y esto no lo niego, pero había mucho más. Son ideales que a día de hoy resultan difíciles de entender para muchos, pero que en cualquier crónica de la época están presentes. Hubo muchos nobles acomodados que no pasaban necesidad y aun así se lanzaron a una vida «ad ventura» a lo que viniere. La idea de la fama póstuma, de crear algo con eco de eternidad, en suma en servicio de su fervorosa fe católica, era un motor esencial, y así hay que contarlo cuando se tratan estos siglos.
«Honra y fe»… Eran los ideales que movían aquella sociedad y que hicieron que, de un país tan pequeño como España, salieran tantos navegantes y aventureros.
Héctor J. Castro, autor de «Sol de Sangre»
P: ¿Te has inspirado concretamente en alguien a la hora de crear a tu Carrión?
R: Hay influencias variadas. Desde don Quijote al Marqués de Bradomín, o el William Munny de Sin Perdón. Pero a la hora de recrear la mentalidad del personaje, me ayudaron mucho algunas crónicas de la época como la de Tiburcio de Redín, por ejemplo, un aventurero español que, ya en el ocaso de su vida, se hizo fraile y escribió sus memorias en un convento, y en las cuales se le ve preocupado por sus pecados pretéritos.
P: ¿Cuentas ya con alguna crítica reseñable?
R: Fuera de mi familia directa y amigos más cercanos, nadie la ha leído todavía jaja. Pero todos coinciden en que es mi mejor novela. veremos si se mantiene esa opinión cuando salga a la venta.
P: Esperemos. Tú siempre das con la tecla. Sabes transportar a los lectores al lugar indicado e introducirlos en la época. ¿Cuándo sale a la venta Sol de sangre?
R: Salió a la venta el 14 de abril, tanto en formato físico como digital. Esta vez, en lugar de incluir ilustraciones hechas a propósito para la novela, trae una serie de grabados de la época.
Hubo muchos nobles acomodados que no pasaban necesidad y aun así se lanzaron a una vida «ad ventura» a lo que viniere.
Héctor J. Castro, autor de «Sol de Sangre»
P: La estética es prima donna en tus novelas. Empiezas a malacostumbrar al público.
R: Sí, pero trabajar con ilustradores es difícil. Te puede salir muy bien o muy mal. Esta vez me ahorré el riesgo. Con el Siglo de Acero tuve una experiencia fabulosa. Pero con el de María Pita terminé muy mal con el ilustrador.
P: La experiencia hace al maestro. ¿Dónde podemos adquirir la novela?
R: Librerías, grandes superficies y venta online. HRM ediciones cuenta con una buena distribución.
P: Te deseo toda la suerte del mundo, amigo. Aunque, visto lo visto, no la necesitas, ya eres soldado viejo en esto.
R: Bueno, no te creas. Hay que pelear mucho por llamar la atención y vender, al fin, unos cuantos ejemplares. Intento superarme a cada novela, eso sí. Y espero ir cubriendo el hueco que, desgraciadamente, existe en la novela española con la temática de los tercios.
P: Un abrazo, Héctor. Hasta la próxima novela.
R: Muchas gracias a ti por la entrevista. Ha sido un placer, como siempre, y quedamos emplazados para la próxima.