San Sebastián de Urabá, el gran fracaso de Alonso de Ojeda y el surgimiento de Francisco Pizarro (I).
¿Cómo se fraguó la expedición de Alonso de Ojeda y Diego de Nicuesa a Tierra Firme?
¿Cómo se fraguó la expedición de Alonso de Ojeda y Diego de Nicuesa a Tierra Firme?
¿Acaso los Habsburgo, con la perla americana en su poder, no mostraron interés en aplicar la teoría económica por excelencia de aquellas centurias doradas?
El primer tesoro mexicano impresionó al Viejo Mundo. A Cortés no le importó renunciar a este botín. ¿Qué mejor que el lujo para incitar la codicia del rey?
En marzo de 1525 Hernán Cortés dejó a su caballo al cuidado de los mayas, jamás podría imaginar que terminaría como una deidad.
La entrañable y curiosísima descripción del italiano Antonio Pigafetta acerca de Brasil y sus gentes: costumbres, comida, comportamientos…
Chocolate, ¨agua amarga¨ de los dioses que fue endulzada por un puñado de monjes españoles que la difundieron por el orbe para que siglos después llegara a toda la humanidad en forma tabletas y bombones.
Pedro de Córdoba, Las Casas y Vitoria no son una anécdota en nuestro pasado, sino un hito en la historia de la humanidad, la semilla de los derechos humanos y del derecho internacional.
Presentes en el Nuevo Mundo desde su descubrimiento, los franciscanos fueron los primeros en llevar a cabo la misión evangelizadora en América.
No es baladí decir que en América se fundaron un total de 20 colegios mayores -21 si contamos el que se fundó en Granada (España) en 1792 dedicado a la nobleza americana- y hasta la independencia salieron de ellos aproximadamente unos 150.000 licenciados de todos los colores, castas y mezclas que uno pueda imaginarse. Y ya no solo eso, palabras mayores son las 26 universidades que allá en el Nuevo Mundo se levantaron, universidades dedicadas a los más diversos saberes: teología, filosofía, jurisprudencia, medicina (como ya remarcamos en el anterior artículo)…
Fray Bartolomé de las Casas no fue el primer defensor de los indios, ni si quiera el más relevante. El pionero de tan enconado esfuerzo fue fray Antonio de Montesinos