Acabo de ver Inés del alma mía. Si la serie es fiel a la novela de Isabel Allende, debo decir que esta mujer se toma bastante a pitorreo la historia de su país. Comprendo que, a fin de cuentas, tanto la serie como la obra escrita están destinadas al entretenimiento del público, pero puede resultar engañosa para la mayor parte de la gente, poco instruida en la disciplina histórica. Es cierto que ha habido momentos de verdadera crudeza y realismo, como la defensa de Santiago, la templanza de Pizarro o el mal trato dado a los indios de las minas. Sin embargo, una vez más, vuelve a impregnarse de los tópicos y la mugre de la Leyenda Negra.
Los retratos de Carlos V en Mühlberg en Cuzco casi 10 años antes de pintarse el cuadro o la bandera imperial como capitana de la expedición de Valdivia son lo de menos. No discuto que Inés Suárez de Plasencia fuera una mujer de carácter y fuera de serie para su época, pero dudo que hiciera juicios de valores propios del s.XXI. Una mujer de la talla de Suárez de Plasencia debía ser de armas tomar, con sentimientos como cualquier persona, pero del s.XVI, curtida y endurecida a base de infinitas penurias. A mitad de la serie, se va pintando a Valdivia como un loco guiado por la venganza y los celos, y no se vuelve a mostrar atisbo de humanidad hasta el momento de su muerte. Eso sí, se repasa y exagera su actitud para con los mapuches, pero no se comenta nada acerca de su verdadera y tortuosa muerte, como tampoco se hace mucha relación a la verdadera visión de los indígenas, parece que la productora o la señora Allende han preferido creer en el mito del buen salvaje y acogerse al paraguas de los recién creados “pueblos originarios”. Venden como indigna, a ojos de los españoles, la unión entre una princesa inca y un capitán castellano, cuando eso podría suceder en el caso de las clases más bajas, pero rara vez se conoce el caso de una unión mestiza de alto nivel que produjera vergüenza o deshonor para el conquistador, todo lo contrario, le proporcionaría una posición más ventajosa y la posesión segura de tierras y vasallos. Ni si quiera, los descendientes mestizos de estas uniones parecían renegar de su condición, baste recordar al famoso Inca Garcilaso
Críticas aparte, recomiendo ver la serie, pero siempre con una visión medida y crítica, disfrutando de la historia, aprendiendo y comparando información veraz conforme se va avanzando en los sucesivos capítulos.
Gracias Manuel muy interesante , como siempre
A ti, Mercedes
Totalmente de acuerdo contigo. Es alucinante que antes de hacer una serie con la historia de la conquista de Chile desde un punto de vista real con lo bueno y lo malo, se haga en base a una novela que en mucha parte de ella es ficción. Luego nos quejamos de leyenda negra, pero la ignorancia que reside en nuestro país es tan grande que valoramos una novela de una escritora inmersa en la leyenda negra antes que nuestra propia historia. De vengüenza, con todo lo que cuesta producir una serie así. Los actores y actrices además se prestan a esta pantomima, alucinante. Y luego se las dan de defensores de la cultura. Paradójico, no? Lo dicho, una pena